3 de octubre de 2021

Fatiga por videollamada

 


La crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus ha disparado el uso de aplicaciones de videoconferencias, con fines personales, laborales o educativos.

El psicólogo Darwin Calero explica que las videollamadas eliminan aspectos sutiles fundamentales de la comunicación presencial. No se ve el cuerpo entero de la otra persona y el cerebro trata inconscientemente de adivinar todo el tiempo pequeños gestos que pueden ser reveladores: desde el movimiento de manos y pies hasta el poder ver lo que el interlocutor ve a su alrededor. No lograrlo, estresa y puede provocar la ‘fatiga por videollamada’.

Por otro lado, si la calidad del video es mala –se congela la imagen o hay cortes de audio- se pierde información. Esto obliga a estar más atentos, aumentando el cansancio y generando sentimientos de frustración.
Calero recuerda que, de hecho, cuando intentamos concentrarnos en algo específico – como una pantalla- se suprime parte de otra información sensorial: del tacto, olfato y gusto.
Según la revista National Geographic, una opción para reducir los niveles de fatiga es apagar la cámara: esto disminuirá la cantidad de estímulos y relajará el cerebro. Además, así se suele tener mejor calidad técnica en el enlace porque solo con audio las plataformas de videoconferencias usan menos ancho de banda.
Es importante usar lo menos posible la videoconferencia para comunicarse, mejor volver al teléfono si solo requerimos conversar, la pantalla sobra y evitaremos la ‘fatiga’

No hay comentarios:

Publicar un comentario