27 de septiembre de 2021

Entre arte y vida lll

 La tendencia del arte de nuestros días —el conceptualismo— es el punto de arribo a esa trayectoria basada en el rechazo del objeto de arte.

¿Qué propone el conceptualismo?
La exaltación del proceso por sobre el resultado, la concepción por encima de la realización, el concepto por sobre las cosas.
El pensamiento del arte se eleva a la categoría de arte. Por lo tanto, lo decisivo es la intención, el proyecto y complementariamente aquellos elementos documentales que apoyan la concepción: notas, fotografías, cintas magnetofónicas, etc. Estos elementos no poseen un carácter artístico como el que podemos reconocer en los cuadernos de estudios de un Leonardo.


La obra "Pintura secreta" de Mel Ramsden (realizada entre 1967-68) presenta un cuadrado negro liso homogéneo. Su intención es diferente a la del cuadro 'homónimo' de Kasimir Malevitch, "Cuadrado Negro" de Malevitch es un punto límite de abstracción y un germen visual. Junto al cuadro de Ramsden hay un pequeño cuadrado blanco que contiene el siguiente texto:
"El contenido de esta pintura es invisible,
el carácter y la dimensión del contenido
deben ser mantenidos permanentemente secretos, conocidos solamente por el artista."
Otro artista, Bruce Nauman, propuso en septiembre de 1969:
"Horade un agujero en el corazón de un árbol grande e inserte un micrófono. Monte el amplificador en una habitación vacía y ajuste el volumen para hacer audible cada sonido que pueda venir del árbol."
Otras obras son: "El proceso de eliminación" de Les Levine(1969), consistió en arrojar trozos de plástico blanco en una casa vacía de Greenwich Village; "Película para ciegos" del mismo Les Levine (1969), una película sin imagen.
Es importante tomar en cuenta las reflexiones de estos artistas acerca de su arte dado que, en este caso, el pensamiento es lo más decisivo. Joseph Kosuth, una de las figuras más activas —y reflexivas— de este movimiento, afirma: "Todo arte después de Duchamp es conceptual en esencia porque el arte sólo existe conceptualmente"

El arte conceptual se declara no sólo contrincante del objeto artístico y de la voluntad de permanencia que éste involucra, sino también de las distorsiones provocadas por el sistema consumista de evaluación artística. Es el objeto de arte —afirman— la condición que posibilita subastas públicas en las que el arte se transforma en mercancía, en objeto de inversión de divisas. Pero también objeta los conceptos de calidad y estilo ligados al arte tradicional. Los conceptualistas piensan que la calidad tiene que ver con la sanción histórica que regula el gusto estético de los consumidores y por lo tanto requiere de la permanencia de la obra. Su objetivo como artistas no es motivar el disfrute estético en el receptor; consideran a la recepción tradicional como conducta pasiva y repetitiva. Pretenden en cambio transformar al arte en 'energía', en motivo para la actividad intelectual, en una fuerza que conduzca a un "cambio en la percepción".

Las obras de arte, opina Kosuth, son proposiciones analíticas y por lo mismo lo que importa es la sintaxis de sus elementos constitutivos y no su contenido fáctico. Una obra de arte —de acuerdo con este razonamiento— es irrefutable desde el punto de vista empírico; no hay realidad factual que pueda esgrimirse como medida de su valor. Por otra parte, como las proposiciones analíticas son tautologías, nada agregan desde el punto de vista del conocimiento. Por lo tanto no se puede conocer nada acerca de la realidad —sea la natural o la psíquica— a partir de dichas proposiciones. Ninguna referencia a la realidad es válida. Una obra de arte es una tautología —afirma Kosuth— por ser una presentación de las intenciones del artista, es decir, el artista nos está diciendo que aquella obra concreta de arte es arte, lo cual significa que es una definición del arte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario