25 de septiembre de 2021

Entre arte y vida II

 Environments, happenings, espacios lúdicos, encuentros psicodélicos, surgieron con el propósito de que el espectador viva el arte desde dentro.

La magia y el ritual presuponen la institución de un tiempo y un espacio diferentes al cotidiano, acciones y actitudes distintas a las del vivir diario, diferencias cualitativas entre los oficiantes y los participantes-receptores.
Estas formas —environments y happenings— integran al espectador en el espacio artístico con el objetivo de modificar la contemplación estética tradicional y transformarla en conducta de participación. Dicha integración no habría sido posible sin una alteración del espacio. Fue necesario ampliar las dimensiones de la superficie del cuadro —el cual por grande que fuera permanecía siempre externo al sujeto— hasta involucrar al receptor, envolverlo en el interior de la obra. Ahora —para este criterio— el espacio artístico no está frente a mí sino que yo estoy dentro de él; puedo entrar al espacio artístico en tanto que no podía ingresar al espacio ficticio del cuadro.


Uno de los primeros que realizaron estos ambientes fue Allan Kaprow en 1958. Se buscaba la identificación entre arte y vida, superar la dicotomía sujeto-objeto, la oposición dentro-fuera, las diferencias entre realidad y ficción, entre creador y espectador, entre pasividad y actividad. Para ello en el espacio del "ambiente" se acumulaba todo tipo de elementos. Así, formas, colores y texturas, se combinaban con la posibilidad de manipulación de variados objetos.
El incremento de factores estimulantes condujo al aumento de los estímulos. La experiencia artística y experiencia lúdica parecían sinónimos.
El happening ha sido definido por Allan Kaprow como un "collage de acontecimientos", en un principio programados mediante un guión, y dejados posteriormente a su desarrollo imprevisto.
Actividad y participación son sus paradigmas. 

Jean-Jacques Lebel, realizador de happenings, lo describe así: "La imagen (se refiere a la
pintura tradicional) era acabada, estática, fácil, como una pildora para tragar sin esfuerzo y sin "experiencia". Ahora se nos pide colaborar en la construcción de la imagen, participar en la elaboración de la obra de la cual cada uno (por cambio de papeles o simultáneamente) es el autor y el receptor"
Detrás de estas abjuraciones está la
Diosa-madre Dadá. El movimiento Dadá proclamó todo esto cuarenta años antes del inicio de los happenings motivado por la desolación que produjo la primera guerra mundial.
He aquí una opinión de Marcel Duchamp acerca del Happening:
"Me interesa mucho ... he visto un happening donde uno de los participantes se lanzaba sobre las filas de los espectadores con una
máquina de cortar césped que producía un ruido infernal. A mí me gusta mucho el ruido. También asistí a otro happening, en el segundo subsuelo de un teatro, entre los medidores de gas y las calderas... No pasaba nada, sólo una vaga mujer desnuda sobre un montón de carbón. Algo sumamente mísero. Pero hacer chapotear a la gente en veinte centímetros de agua para ver eso, es admirable. Eso destruye el mito del arte"
Los promotores y realizadores de happenings, por medio de la actividad de los sujetos, de esa transformación del espectador en autor, buscaron un retorno a primitivos ritos de participación. Lo buscaron de modo directo —cuando la personalidad del participante lo
hacía posible— o con el auxilio de alucinógenos, llamados en este caso "mind-openers" (descubridores/destapadores de la mente),cuando era preciso
El citado J. J. Lebel dice: "Ellos (los happe-
nings) devuelven a la actividad artística lo que le había sido quitado: la intensificación de la sensibilidad, el juego instintual, la festividad, la agitación social."

Un movimiento inspirado en los planteos de la actual ecología es el llamado "land-art". Sus realizaciones toman a la naturaleza como soporte. No representan un paisaje sino que usan el paisaje real; no pintan lo natural sobre un lienzo sino que toman lo natural y lo intervienen. Sus motivaciones son semejantes a las antes mencionadas. Proponen el alejamiento respecto de museos y salas de arte
—considerados como centros de idolización— la eliminación de la brecha entre arte y realidad (variante de la relación arte-vida). Las intervenciones de los artistas en la naturaleza consisten, por ejemplo, en cavar fosas en la llanura, transportar tierra de un lugar a otro, empaquetar una sección de costa con plástico, colorear químicamente una playa, colorear con pintura un río-catarata, pintar una roca en la cordillera.
Los 'land-artists' realizan esas transformaciones del ambiente natural con el objeto de llamar la atención, 'crear conciencia' de la importancia de la conservación de la naturaleza, destacar su pureza en contraposición a la perversión generada por los ambientes urbanos. Ese es su modo artístico de alertar acerca de la pérdida del equilibrio ecológico en el planeta.
Es importante destacar que hay manifestaciones de esta tendencia que no realizan "intervenciones" en el ambiente, como las de los ejemplos citados. Hacen un trabajo de documentación fotográfica o
fílmica sobre procesos de recuperación ecológica de ambientes naturales dañados por la erosión natural o industrial.

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