29 de septiembre de 2021

Entre arte y VIDA IV

 La identificación entre arte y vida borra los límites, empareja y disuelve la "realidad-arte" en la "realidad-vida". Esta disolución afecta no solamente al objeto artístico sino a su productor, el artista.


En este amplio movimiento de los años 60 creo ver algo más que una nueva tendencia del arte, una nueva revolución artística que pueda inscribirse en la historia de las transformaciones. La historia del arte es una historia de cambios; en todas las épocas los artistas han sentido la necesidad de cambiar, de modificar los medios expresivos en busca, precisamente, de una expresividad más honda, más adecuada a sus ideales estéticos.
El proceso seguido por esas tendencias parece haber logrado su climax con el conceptualismo, en el sentido de sustituir el objeto artístico esta vez por el pensamiento del arte. A la idea de 'natura naturata' oponen ellos la idea de 'natura naturans'. He pensado espontáneamente en las ideas estéticas de Hegel al considerar las propuestas del conceptualismo. Estas propuestas palpitan con el sentimiento de que el arte ha sido superado por el pensamiento. Hegel veía en el arte —aun en el arte clásico griego que tanto admiró— sólo un estadio en el desenvolvimiento del Espíritu.
La meta del Espíritu Absoluto, es decir su Autoconocimiento, no podía estar ligada a la materia; más bien aparecer libre de ella. La
materia del arte lo inhabilita por definición para participar de ese gran momento, según lo afirmaba Hegel. El arte debía ser sucedido,
sustituido por el pensamiento, por la idea. "Si asignamos al arte lugar tan elevado, no hemos de olvidar, sin embargo, que ni por su
contenido ni por su forma es la manifestación más alta, la expresión última y absoluta en que la verdad se revela al espíritu." La inspiración hegeliana de dicho movimiento es notoria.
El rechazo a la materia estructurada de una obra de arte que practican los conceptualistas les ha llevado a una neutralidad de los medios expresivos, a una indiferencia respecto de los vehículos de la expresión. Y ello supone una pérdida, un empobrecimiento de las posibilidades artísticas.
Los conceptualistas prescinden de la materia artística y recurren a materiales que tienen sólo un carácter documental o testimonial de su proceso intelectual artístico. Ellos han abandonado deliberadamente la fuerza expresiva de la materia. ¿Será una nueva
versión del puritanismo en el arte?
La devaluación del "objet d'art" (objeto de arte) preconizada por estos movimientos ha sido propuesta en función de un "tout art" (todo arte). El objeto de arte, manifestaron, es tierra fértil para el fetichismo, el cual se desvanece cuando todo es arte.
El propósito de extender sin límites la artisticidad (complementario de la identificación entre arte y vida) conduce, a mi entender, a la anulación del arte. Si todo es arte entonces no hay una "figura-arte" que se destaque de un "fondo-no arte". Así funciona, en otro dominio, el camouflage: no hay mejor modo de hacer desaparecer algo (para la percepción) que confundirlo con su fondo; cuando se borran las diferencias y se confunden los contornos desaparece el objeto. Un fenómeno similar es el del mimetismo entre los animales.
Escribía Alan Watts en 1969: "Después de cerrar las galería de arte y las salas de conciertos, habrá que lavar los ojos a la gente y aclarar sus oídos, para que se preparen a convivir cotidianamente con el arte durante toda su vida"
Las obras del arte tradicional —musicales, plásticas, teatrales... — son concebidas por sus creadores como totalidades cerradas o estructuras dadas. En tanto que el arte actual nos ha ofrecido posibilidades de participación real en el fenómeno artístico. Obras de los músicos Luciano Berio, K. Stockhausen, entre otros, proporcionan elementos musicales que el intérprete combinará o alimentará libremente. Los 'happenings' y otras formas teatrales posibilitan la participación del público, etc. Toda obra de arte es abierta porque su caja de resonancia —los espectadores— es múltiple.

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