22 de septiembre de 2021

Educación en cuarentena

 


El maestro, pedagogo, investigador y dibujante italiano Francesco Tonucci, ha tratado en disímiles entrevistas el tema de la educación en la etapa de confinamiento. Tonucci propone convertir la casa en un "laboratorio de aprendizaje" donde cada espacio desde la cocina hasta un cajón de fotos viejas sea una oportunidad para aprender algo nuevo. Recalca la necesidad de implementar el hábito de la lectura en familia ya que es una experiencia de gran valor emocional y, por lo tanto, educativo.

En cada conferencia, Tonucci expone que cada maestro debe conocer y respetar el artículo 29 de la Convención sobre los Derechos del Niño donde se plantea que la educación, que involucra a padres y maestros, tiene como objetivo el desarrollo de la personalidad del niño y de sus aptitudes.
Un buen maestro no es aquel que propone a los alumnos su programa y evalúa a los que llegaron a los niveles previstos o no llegaron. Un buen maestro ayuda a cada uno de sus alumnos a encontrar sus aptitudes, que muchas veces están escondidas pues no siempre son en lengua y matemática, también puede ser en mecánica, baile, música o investigación.
Un  maestro debe hacer una escuela no solo inclusiva sino exclusiva, es decir hecha a propósito para cada uno de sus alumnos. No porque sea mago o tenga capacidades extraordinarias, sino porque sabe escuchar y reconocer en sus alumnos sus capacidades y los ayuda a desarrollarlas.

Ante la pregunta - ¿Qué mensaje le pude dejar a los maestros y maestras, y a los niños y niñas?- Tonucci responde:
—A los maestros le digo: escuchar a vuestros alumnos es la mejor forma para ser buenos maestros. No necesitan ser de una forma especial, se necesita de mucha humildad y ponerse al servicio de los alumnos, solo conociéndolos pueden ayudarlos a descubrir sus aptitudes, las que García Márquez llamaba sus juguetes preferidos. Cada niño tiene un juguete preferido, tenemos que ayudar a descubrirlo.
A los padres les digo que confíen en sus hijos, porque los niños necesitan confianza. Siempre nuestros hijos son más capaces de lo que nosotros pensamos. Comprobarlo es un regalo recíproco, no solo para los niños sino para los padres que pueden descubrir que sus hijos son mejores de lo que ellos piensan.
Y a los niños, que busquen todas las posibilidades para jugar con sus amigos. Se pude jugar hasta en pandemia. Hay niños que inventaron nuevos juegos tanto con pantallas o plataformas como con distancia o mascarillas. El juego es un invento extraordinario, se puede jugar en todas las condiciones y en todas las situaciones. Y si los dejamos lo harán. Con lo cual les digo: no tengan miedo, adelante, con valor, que esto pasará. Pasará el virus y van a poder recordar una experiencia extraordinaria que habrán vivido en vuestra infancia.

1 comentario:

  1. Excelente Isolda. Muchas Gracias por tu colaboración.
    Saludos. La Cabra.

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