16 de septiembre de 2021

El inicio de un arte deconstructivo

 

Cada vez que termino una etapa de la historia del arte, realizo un resumen como ejercicio de estudio independiente. Gracias a este espacio, puedo comenzar a compartir el resultado de mis horas de estudio.

En este post, resumo brevemente lo ocurrido con el arte a mediados del siglo XX

 

El arte de la primera mitad del siglo XX  era concebido como un territorio específico, desconectado y aislado. Se apreciaba ante todo la autonomía del arte, y de sus subsistemas, es decir, de sus distintas disciplinas. La acción artística era  puramente estética. En las artes plásticas, el abstraccionismo, y en el teatro, la obra teatral autónoma fueron las últimas consecuencias de la aspiración de encerrar al arte en sí mismo.

El arte extremadamente autónomo comienza a perder autonomía cuando la industria en desarrollo llena al mundo de objetos que con el tiempo dominan toda nuestra cultura.


 A fines de los años 50, los artistas del pop-art, la primera gran rebelión contra el arte cerrado efectuada desde las posiciones del no-arte, dieron expresión en sus programas a la convicción de que la realidad cotidiana del hombre es incomparablemente más atractiva que la obra de arte aislada. El realismo perverso del pop-art fue el primer ataque exitoso al arte autónomo. Y así, como se lo imaginó Andy Warhol, el arte empezó a disolverse en la realidad.

Los artistas del pop-art, y también los hiperrealistas de los años 70, dieron expresión a la conciencia que degradaba la obra de arte con respecto a la realidad real. Entre la lata de conservas que está en el refrigerador y esa misma lata pintada por Andy Warhol hay un abismo. El proceso del que aquí estamos hablando fue llevado consecuentemente hasta el fin, y la lata en el refrigerador, junto con el refrigerador, sustituyó las latas pintadas en los lienzos.

Trasladando a los salones de exposición fragmentos encuadrados de la realidad que rodea al hombre contemporáneo: objetos de uso cotidiano, muebles, equipos de cocina, fragmentos enteros de locales de vivienda, ropa junto con percheros y escaparates, gavetas junto con su contenido, los artistas que cultivaban el environmental art efectuaron la desacralización del objeto de arte igualándolo con los objetos de uso cotidiano.

En cambio, el refrigerador desconectado del enchufe y trasladado a la galería conserva en potencia sus funciones de uso, aunque en acto es únicamente un objeto de arte. De la intención del artista depende si aprovechará ese objeto prácticamente, o si segregándolo de la realidad cotidiana le conferirá significados simbólicos, y en dependencia de su visión verá en él un símbolo de la decadencia de los valores

espirituales en la cultura contemporánea o un símbolo de la magnificencia

de nuestra civilización. 


El environmental art era algo cualitativamente distinto. No sólo una nueva tendencia en el arte, sino una nueva situación existencial de éste, desarrollada, continuada y enriquecida por el land art, el happening y el performance.

Los artistas de la nueva vanguardia rompen el arte no por una necesidad nihilista de destrucción, sino para sustituir las acciones artísticas por otras acciones, directas, cuyo objetivo es la evocación de valores. La vanguardia de los años 60 y 70 subordina el arte a las búsquedas de nuevos valores y modelos de cultura. La destrucción del medio natural por la expansión de la industria forma parte de nuestra situación cultural.

Una respuesta, es la creación de los valores ecológicos, donde se comienzan a apreciar la totalidad común: hombre- naturaleza- tierra, mientras antes parecía valiosa la distinguida posición del hombre en la naturaleza.


Valores en los que está interesada la nueva vanguardia

a)           los valores ecológicos

Este valor está ligado a la llamada conciencia ecológica, se vivencia intensamente el sentimiento del vínculo del hombre con su entorno natural y artificial: la unión con la naturaleza, la tierra, pero también con la ciudad. El environmental art fue un terreno en el que los valores ecológicos aparecieron de manera particularmente natural, porque esta tendencia se basaba, en considerable medida, en las intervenciones del artista en el entorno del hombre

 

b)     el valor autotélico de la pertenencia a una comunidad

Las acciones colectivas se pusieron de manifiesto con particular fuerza en las artes plásticas, el teatro y la música.

En los años 60 y 70 los grupos teatrales trabajaban con el método de creación colectiva. Los registros de las presentaciones del Living Theatre están provistos de una anotación: collective creation. Mientras que en el siglo XIX se subrayaba la presencia de un actor eminente en una presentación, en la primera mitad del siglo XX se subrayaba la presencia del director, hoy día se subraya el hecho del esfuerzo colectivo.

 

c)   el valor del desarrollo individual;

     Las acciones artísticas deben iniciar y estimular el desarrollo ulterior. Por desarrollo individual se entiende el examen interior, la ampliación de las posibilidades de experimentar el mundo y el aumento de las posibilidades de comportarse de acuerdo con las necesidades interiores del individuo.

Valiosas son las creaciones realizadas por un individuo sobre sí mismo en  el hallazgo independiente de una respuesta a la pregunta ¿qué ha de ser lo más importante en la vida de un determinado individuo?

 

d) el valor del sentimiento de una responsabilidad personal por los acontecimientos que se desarrollan en el mundo

Los artistas que aspiran a realizar este valor, en vez de acciones artísticas organizan, por ejemplo, cooperativas que se ocupan de la producción y distribución de comida, o, sin ser obreros, participan en los trabajos de las organizaciones sociales obreras, o, siendo europeos blancos, participan en la organización de la vida social de los países de África, Asia o América del Sur.

 

e) el valor puro de emprender acciones trascendentes.

El propio trascender hacia valores es un valor.  Hablando con propiedad, aquí ya no sólo no hay arte, sino tampoco artista, hay un hombre ante valores que él mismo escoge, que él convierte en la base de todas sus acciones y que él coloca por encima de sí mismo. El trascender es creación realizada, ya no en el material del arte, sino en el de toda la vida propia.


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Nos vemos en el próximo bloblo.

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